La historia de los huevos de Pascua como símbolo de la nueva vida no debería ser una sorpresa. La
idea de que la Tierra misma fue un huevo una vez esta generalizada y
aparece en historias de la creación desde Asia a Irlanda.
La práctica de decoraciones de cáscaras de huevo es inmensamente anterior a las tradiciones cristianas. Se han encontrado en África, huevos de avestruz con decoraciones grabadas que datan de hace 60.000 años. Huevos de avestruz decorados, y representaciones de ellos, en oro y plata, eran comúnmente colocados en las tumbas de los
antiguos sumerios y egipcios hace 5.000 años.
Los
huevos, en los tiempos antiguos en el norte de Europa, eran un potente
símbolo de la fertilidad y de uso frecuente en los rituales para
garantizar la capacidad de una mujer para tener hijos. A
día de hoy, sanadoras en las
montañas Apalaches siguen utilizando huevos para predecir, con una
precisión asombrosa, el sexo de un feto al ver el giro de un huevo que está suspendido por una cuerda sobre el abdomen de una mujer
embarazada.
Huevos teñidos se dan como regalos en muchas culturas, los decorados se cree que traen consigo un deseo para la prosperidad y la abundancia durante el próximo año.
Pero cuando se popularizo esta practica, fue en el ascenso del cristianismo en la
persecución de los seguidores de la "vieja religión". En
lugar de dar los huevos como regalos; los adultos hacían el juego de
ocultarlos, reuniendo a los niños y animándolos a encontrar los
huevos.
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